¿Para qué sirven los incendios en Estados Unidos?

1. Para poner alarmas antiicendios que saltan sin motivo unas seis veces por semestre (suponiendo que no salte más en la semana que nos queda), ya sea por la conjunción de la poca habilidad en la cocina de unos franceses junto con la ineficiencia de la campana de la cocina o por la obsesión de alguien con el desodorante. Muy divertido sobre todo cuando hace mucho frío y hay que salir a la calle con lo puesto. Obviamente, eso es la primera vez, conforme van pasando falsas alarmas cada vez sale menos gente y la que sale lo hace más tranquilamente (véase cuento de Pedro y el Lobo). Lo mejor de todo es que la alarma no tiene botón de reset y una vez salta aunque sepan que ha sido falsa alarma porque el causante viene a decirlo, no hay manera de pararlo y tienen que venir los bomberos. O eso decían, porque hace unos días la alarma empezó a sonar cinco segundos y después se apagó.
2. Para que un un pavo de Public Safety que debe ser pariente de un tío muy simpático que conocí en el aeropuerto ponga de excusa para dispersarnos que bloquearíamos la salida en caso de incendio cuando estamos en nuestra casa (es un dorm, pero creo que puedo llamar casa al sitio donde he vivído durante los últimos 4 meses... buf... 4 meses ya) cuando estamos tomándonos unos smoothies y charlando animadamente. Todo después de decir que qué hacíamos, que si estábamos bebiendo alcohol, y después de acusarnos de estar borrachos solo porque estabamos de cachondeo y riendo. Supongo que él solo hace esas cosas despues de 4 gin-tonics. Y como os podréis imaginar, era igual de simpático que Ana Lucía la de Lost con el período. Como no nos creía y supongo que tampoco puede ponerse a beber de los vasos de todos, nos mandó a dispersar. Y luego desmontó el garito de smoothies gratis que habían organizado desinteresadamente unos estudiantes para aliviarnos un poquito del estrés de los exámenes. Lo mejor de todo es no éramos más de diez, no bloqueábamos nada, y aún así, en caso de incendio lo único que hubiera ocurrido es que al estar cerca de la puerta hubiéramos salido los primeros. No sé donde habrá estudiado este hombre, pero hasta donde yo sé, las salidas se bloquean con cosas, no con personas, por eso de que las personas normalmente tienen piernas y las pueden mover. Flipé tanto con su actitud que se me olvidó aplicar el truquito que aprendí en La Lista de Schindler de preguntarle el nombre y anotarlo. Os recomiendo que lo uséis cuando podáis, en muchísimos casos se consiguen resultados espectaculares.

La verdad es que la paranoia de los incendios es comprensible en una ciudad que ha ardido de punta a punta un par de veces. Casi todos los edificios tienen sus escaleras de incendios, tan típicas en las películas y series americanas y tan poco usuales en España. La verdad es que se podían dejar de tanta gilipollez y dejar de construir con madera...