20 noviembre, 2005

La Frontera

Supongo que no hay nada mejor para solidarizarse con los marginados que ser marginado tú mismo, aunque puede que no tenga mucho mérito desde un punto de vista moral. A la vuelta de México, ya en Chicago me dispuse a cruzar la aduana tranquilamente con todos mis papeles en regla. Era ya de noche y me había retrasado un poco desde el avión así que prácticamente era la única persona por cruzar y tenían todo el tiempo del mundo para dedicarme, lo que supongo influyó en lo que sucedió... He estado fuera. 10 días. Despues de los exámenes de mitad de semestre, en los que he cumplido de sobra. Había clase y obviamente falté, pero dejé todos la tarea preparada. Además, aquí graban todas las clases y luego están disponibles por Internet si estás matriculado en el curso (nota para conocidos: es que aquí sí que voy a casi todas las clases, en serio). Así que no sé por qué diablos un puñetero funcionario americano tiene que pedirme explicaciones, juzgarme y "regañarme" por la irresponsabilidad de tomarme un descanso en medio del curso académico, si ni mis padres (que al fin y al cabo son quienes financian mis estudios mayoritariamente) ni mi universidad me pide explicaciones. Menos mal que ésta es la tierra de las libertades... Además el funcionario en cuestión era muy inteligente, porque tenía estudios. Había ido al college y sabía que después de exámenes no dan vacaciones. Yo le dije que en ningún momento afirmé que tuviera vacaiones, solo que después de exámenes el ritmo bajaba y que además, como graduate student mientras cumplas con los trabajos y exámenes no hay ningún problema y que no controlan la asistencia a clase (al contrario que los undergrad, que es lo que él había sido). Más tarde me di cuenta de que al funcionario en cuestión le importaba bastante poco lo que hiciera con mi vida, y que si me estuvo echando el sermón es porque creía que todo lo que le estaba contando era una historia para entrar en el país. Da igual que tuviera todos los papeles en regla, que tuvieran mis huellas dactilares de cuando entré por primera vez en agosto y de cuando me saqué el visado de España, y que éstas coincidieran ahora que me las volvieron a tomar. No sé para tanta burocracia si luego no se fían de ella. Tras un rato discutiendo sobre mis obligaciones académicas y de si había venido a Estados Unidos para estudiar o para otra cosa (desde luego para conocer a gente simpática no ha sido) me pidió que le acompañase a otra habitación... momento en el que mi indignación dejó paso a la extraña sensación que producen los genitales de uno cuando van ascendiendo por el cuerpo hasta colocarse a la altura de la nuez. Siempre había bromeado con que seguro que en la frontera me paraban y un policía de dos metros y medio con unas manos enormes se ponía unos guantes blancos de látex mientras me pedía que me diera la vuelta y me aflojara el cinturón. En ese momento mi mente se nubló con la visión de decenas de pares de guantex blancos de látex acechándome. En la otra habitación había un policía (o algo así) y unos banquitos en plan sala de espera del médico donde estaban sentados dos mujeres probablemente sudamericanas y un asiático que parecía no hablar inglés y sobre el cual estaban comentando que no sabían en qué vuelo había llegado. El funcionario moralista (que por cierto físicamente era como el de Family Guy pero en uniforme) puso en antecedentes al otro policía... "He says he studies at IIT but he has been outside for ten days... blah blah blah". Al menos este policía parecía menos energúmeno que el primero. Quince minutos esperando. El nuevo policía me dice que me acerque y me hace un par de preguntas. Tengo que reconocer que éste era educado y respetuoso. Tras preguntarme por última vez las preguntas que el funcionario energúmeno me había repetido mil veces (me deben haber preguntando qué major estoy estudiando para ver si me equivoco y me pueden putear unas 29 veces entre cuando me saqué el visado y las dos entradas a USA) me sella los papeles y me dice que me puedo ir. Suspiro. Ganas de gritar. Pero no, no me conviene, mejor salgo de ahí lo más rápido posible. Welcome back to USA!